martes, 14 de febrero de 2012

El menor esfuerzo posible

La última entrada que nuestro compañero de Percusión, David Valdés,  ha realizado en su Blog Percusize Me!, es una joya.   

Bajo el título de Técnica de caja: el redoble, nos regala una auténtica demostración de su buen hacer como intrumentista y, sobre todo, como profesor. 

En el vídeo nos relata como fue su evolución en la mejora de la técnica del redoble, aspecto que le preocupaba en su día.

Como remedio para lograr mejorar su redoble, y entiendo que con la mejor de las intenciones, le aconsejaron aumentar el número de rebotes en cada mano, efecto que conseguiría aplicando más presión sobre la pinza.

Según esto la solución pasaba por la siguiente relación: "más presión con la pinza,  igual a  mayor número de rebotes, igual a una mejor alternancia de manos".

Con el tiempo, y al ver que esto no funcionaba, probó lo contrario: quitar presión. Él mismo se sorprendió por el  resultado: "los rebotes empezaron a aparecer como por arte de magia".

Según David, "al relajar la pinza se consigue un beneficio doble":

1º.- Obtener mayor número de redobles.
2º.- Deshacerse de un horrible glisando que se obtenía con la otra técnica.

Yo añadiría que se consigue otro beneficio, quizás el más importate: disminuir notablemente el riesgo de contracturas y tendinitis.

Por eso y porque según David, "nuestro objetivo es conseguir siempre el mayor beneficio posible con el menor esfuerzo posible", le he dedicado esta entrada y os invito a que disfrutéis del vídeo donde lo explica todo.

¡¡Enhorabuena David!!  Y yo que pensaba que la duración de las notas largas solamente nos preocupaba a los instrumentistas de viento...
                   

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias, Ana. Me ha encantado que una "no percusionista" haya visto utilidad en el vídeo. Te agradezco un montón que lo hayas utilizado en tu blog.

    Respecto al tercer beneficio (en forma de prevención de lesiones), tienes toda la razón del mundo, pero como me parecía algo tan evidente, ni siquiera lo mencioné. A veces "pasamos" de lo obvio y sencillo cuando, en realidad, esas "nimiedades" son los cimientos de una buena técnica.

    Lo que yo obvié, debería ser la primera razón para relajar la sujección de la pinza (y aplicable a cualquier otro instrumento): prevenir lesiones.

    Muchas gracias de nuevo.

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  2. No hay de qué David. Me pareció un buen trabajo y creí que debía difundirlo. De momento esta entrada ha tenido ya un montón de visitas!

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